Un día como hoy de 1904 nuestro país concretaba un hito para el ejercicio de la soberanía en uno de los puntos más inhóspitos del mundo, para establecer el observatorio meteorológico en la Isla Laurie, que luego sería denominada “Base Orcadas”.
Desde ese momento la Argentina se emplazó de manera permanente en el continente blanco hasta la actualidad, siendo el primer país en hacerlo y marcando el rumbo de investigación científica y preservación del ambiente para el resto del mundo.
Si bien el emplazamiento de la “Base Orcadas” se dio en el año 1904, la historia entre la Argentina y Antártida comenzó antes. En 1902, el Álferez José María Sobral, participó de una expedición sueca a ese territorio, la cual abrió una serie de expediciones antárticas durante el siglo XX.
En 1951, tal como la historia de nuestro país lo marca, se creó el Instituto Antártico Argentino, que funciona hasta el día de hoy y tiene como función el desarrollo, investigación, coordinación y ejecución de las actividades antárticas. Dicho instituto se concretó a través de un decreto del entonces presidente Juan D. Perón.
Algunos años después, más precisamente el 1 de diciembre de 1959, se firma el “Tratado Antártico”, que establece que la Antártida debe ser un territorio de paz dedicado únicamente a la investigación científica y la cooperación internacional. La Argentina fue uno de los países que rubricó el acuerdo junto a Australia, Bélgica, Chile, Francia, Gran Bretaña, Japón, Noruega, Nueva Zelandia, Rusia, Sudáfrica y Estados Unidos.
Pese a ser un territorio de paz, la Antártida es un espacio que cuenta con varios reclamos de soberanía por parte de distintos países. Nuestro país no es la excepción, ya que la Antártida Argentina también es reclamada de manera diplomática por otros países.
¿Por qué la Argentina tiene derechos sobre este territorio Antártico?
La Antártida Argentina forma parte de nuestra provincia. En la ley N° 23.775 de provincialización de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, se incluye dentro de los límites geográficos no solo a la Isla Grande de Tierra del Fuego, sino también a las Islas Malvinas y la Antártida. Además, Argentina es la nación que mayor tiempo lleva de presencia ininterrumpida en el continente blanco, donde logramos establecer seis bases permanentes y siete bases temporales. Nuestro reclamo también se sustenta en la cercanía geográfica con la Antártida, la continuidad geológica, y la herencia del Reino de España.
En un contexto en el que Argentina enfrenta un creciente desmantelamiento de organismos estatales y políticas públicas, además de claudicar en ciertos reclamos vinculados a la defensa de la soberanía nacional, es fundamental que los distintos niveles del Estado redoblemos el compromiso con la agenda antártica. Nuestra provincia, como puerta de entrada natural a la Antártida juega un rol estratégico en la presencia nacional en la región. Desde la logística de abastecimiento a las bases argentinas hasta el desarrollo científico y la proyección geopolítica, la defensa de la soberanía en el extremo sur no solo es bandera simbólica, sino que es una discusión necesaria para proyectar el futuro de toda la región.
